Si crees que conoces todo en la provincia española de Toledo, déjame contarte acerca de un pueblito, hermoso, simpático y curioso. Le dicen Tembleque, por muchas cosas, pero es realmente un destino delicioso para conocer.
Sus múltiples rincones, edificaciones típicamente manchegas, y qué decir de sus eternos molinos de viento, además de un espectacular casco histórico. Debe ser muy interesante, conocer este especial lugar desde las alturas montado en globo, no te parece?
TEMBLEQUE-Pueblos más bonitos de Toledo. Foto por Janso. Wikimedia Commons.
¿Por qué visitar Tembleque?
Gracias a la bondad de Dios al crear esta peculiar villa; también se esmeró con este lugar al que todavía no ha llegado el turismo en masa, aquel que atiborra calles y bares.
Es por ello que visitar Tembleque, resultará en una actividad tranquila, que haremos con calma, para degustar cada calle y lugar histórico como la Plaza Mayor, por cierto la más bonita y auténtica que jamás habrás visto en Castilla-La Mancha.
Nuestro callejeo será por Iglesias y recintos que tienen mucho que contar; recuerda que estamos en la Ruta de Don Quijote de la Mancha.
Monumentos y sitios de interés
Indudablemente nuestra entrada a este atractivo enclave, será acudiendo a conocer su Plaza Mayor, antaño conocida como Plaza de la Constitución, espectacular e inmensa y que nos abre sus brazos una vez que accedemos a ella a través de una especie de pasadizo, una de las tres puertas del paso antiguo a estos lares.
Al ser originalmente una plaza de toros, que inaugura el Rey Felipe IV allá por 1624, es el mejor ejemplo arquitectónico del diseño barroco del Siglo XVII; por ello sus edificaciones de dos pisos, disponen de balcones para los que asistían a estos espectáculos.
En ella veremos, por ejemplo su edificio principal, el Ayuntamiento, construido en el Siglo XVII; también podremos entrar a curiosear en el Museo etnográfico, o pasar por la Oficina de Turismo si requerimos más información.
Nuestro periplo nos lleva a cruzar otra de las entradas, la cual conduce a la Plaza de la Orden de San Juan, segunda en importancia para Tembleque, un pueblo de Toledo.
En los predios de esta plaza se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, mandada a construir a principios del Siglo XVI con las donaciones otorgadas por el Cardenal Cisneros. Pegada a ella se encuentra la Ermita de la Virgen del Rosario.
En la Calle Gracia, detrás del Ayuntamiento, se ubica lo que era la Ermita de la Veracruz, curiosa construcción en forma octogonal, que ahora funciona como Biblioteca Municipal.
Si caminamos algo más, veremos en la Calle Convento, la Casa de las Torres, especie de Palacio construido en el Siglo XVIII por Don Antonio Fernández Alejo, que muestra una hermosa fachada llena de detalles y actualmente declarado Bien de Interés Cultural.
Como siempre, en lo alto de sus torres, podremos disfrutar de las cigüeñas y sus inmensos nidos.
Otros lugares de Tembleque que debes conocer
La Ermita de San Antón, enclavada en el barrio homónimo de este poblado¸ es un edificio del Siglo XVIII de líneas muy sencillas y sin ornamentación.
En la misma calle de la Casa de las Torres, se ubica la Ermita de la Purísima Concepción, edificio austero y sobrio cuya decoración interna es sencilla pero hermosa.
En su placita se encuentra el conocido “Rollo” que se utilizaba como indicador de la jurisdicción de este poblado, y pertenece al Siglo XVI.
A la salida del pueblo, se encuentra la Casa de Postas, amplio caserón también conocido como “Parador de afuera”, construida probablemente en 1777.
También en las afueras, cerca del embalse de Finisterre, veremos la Ermita del Cristo del Valle, advocación a la que son muy devotos los “temblequeños”. En el exterior se pueden ver unas cruces blancas, que refieren a la Orden de los Caballeros Hospitalarios.
Igualmente, en un cruce de carreteras, cercano a Tembleque, se encuentra en estado ruinoso lo que era la Ermita de la Virgen de Loreto, construida en el Siglo XVIII. Ahora sus únicos visitantes son una bandada de palomas.
Fiestas y Gastronomía en Tembleque
No creas que este encantador pueblito es aburrido, para nada. En sus fiestas, los habitantes de Tembleque llenan de alegría las calles, con sus disfraces y desfiles para el carnaval.
Durante la Semana Santa, las diversas cofradías realizan sus procesiones con sentido fervor. La Romería del Cristo del Valle, se lleva a cabo en dos momentos del año, mientras que las fiestas Patronales, se conmemoran en agosto en honor a Nuestro Padre Jesús de Nazareno.
Su gastronomía tiene el carácter manchego, con una cocina llena de sabor. Si queremos, nos deleitamos con las migas, o las gachas; de carnes, el cordero asado, conejo o codornices, y lo más típico es el caldillo de patatas. Para el postre pedimos rosquillas fritas o flores dulces.
La vida tranquila de los habitantes de Tembleque, nos muestra la austeridad de sus iglesias y ermitas, sus elegantes palacetes, las inmaculadas, blancas y muy cuidadas casas, así como la hermosura de su portada al presentar los idílicos molinos de viento que engatusaron al propio Don Quijote, a su paso por estas tierras que se niegan a la soledad y al anonimato.