La naturaleza y el turismo rural se unen para que visitemos el precioso pueblo de Beteta, ubicado en la serranía de la Provincia de Cuenca.
Típico y encantador pueblo pequeño, que cuenta con dos calles principales y algunos centenares de habitantes, que hacen vida en la cuesta en cuyo tope, rinden homenaje a su eterno centinela: el Castillo de Rochafrida.
BETETA-Pueblos más bonitos de Cuenca. Imagen por Cruccone. Wikimedia Commons.
El entorno es regado por los ríos Guadiela y Masegar y la Hoz de Beteta, con sus impresionantes acantilados, el monumento natural por excelencia.
¿Por qué visitar Beteta?
Recorrer sus adoquinadas callejuelas, nos invita a descubrir el vasto patrimonio medieval, así como la arquitectura popular que nutre sus veredas, y las tradiciones arraigadas en sus pobladores.
Los caprichos de la naturaleza se desperdigan en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, así como en el Parque Natural del Alto Tajo, dos de los espacios más atractivos de toda Castilla-La Mancha.
Monumentos y sitios de interés
Subiremos a casi 1300 metros de altura, para admirar los restos del Castillo de Rochafrida, o Rochafría, como también se le conoce, para admirar la majestuosidad de este lugar, ubicado en lo alto de la roca que domina a la villa de Beteta.
Desde esta altura, veremos parte de las Torres y las murallas que conformaban este edificio militar del Siglo XIII, un aljibe, así como la escultura del Cristo Salvador, con sus brazos abiertos hacia el infinito.
Retornamos a Beteta, un espectacular pueblo de Cuenca, para conocer de primera mano La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con riqueza de estilos, debido a diversas reformas, aunque originalmente se construyó en el Siglo XV, sobre otra anterior.
La conocida como “Catedral de la Sierra”, tiene en su interior piezas de gran valor artístico, como el inmenso Retablo del Altar Mayor, así como la “pila bautismal” del Siglo XVI, y las lápidas funerarias de las familias Ariza y Carrillo de Albornoz.
Su Torre-Campanario, es visible desde cualquier punto de la villa, y el tañido de sus campanas se escucha a gran distancia.
Caminando para disfrutar de la paz de este poblado, llegamos a la Plaza Mayor, donde se ubica el Ayuntamiento. La Plaza tiene el estilo típico de las construcciones de la sierra, con soportales y balconadas de madera.
Y en las afueras de la villa, y a casi 2 kilómetros, se encuentra la Ermita de la Virgen de la Rosa, templo del Siglo XVII, lugar de culto de los pobladores y vecinos a la Patrona de Beteta.
Otros lugares de Beteta que debes conocer
Ponernos en contacto directo con la naturaleza en este fascinante pueblo, es sencillo y existen alternativas para escoger.
Tenemos la Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos, espacio declarado Monumento Natural, absolutamente especial, en el cual el río Guadiela ha horadado la roca, dando formas alucinantes a los acantilados.
Estos senderos en los bosques invitan a caminar sin rumbo, aunque todo está muy bien señalizado. Es así que iremos descubriendo, a través del trayecto, multitud de tilos centenarios y avellanos, así como una planta carnívora, exclusiva de esta zona.
El rumor del agua nos acompaña, mientras en algún momento nos detenemos para detallar el vuelo de alguna ave.
Encontraremos lugares como la cueva de la ramera o la del armentero.
En la fuente de los tilos, o en la Casa de la Pradera, espacios naturales deliciosos, podemos hacer una parada y disfrutar de nuestro picnic, respetando la naturaleza en todo momento.
También está el Real Sitio de Solán de Cabras, un balneario en pleno bosque verde, ubicado en una edificación del Siglo XVIII, que ordenó construir Carlos III, para aprovechar las virtudes medicinales de sus aguas, amén de deleitarnos con el paisaje.
Fiestas y Gastronomía en Beteta
Todo el itinerario lo completamos si estamos en la villa durante el mes de septiembre, ya que son las fiestas en honor a la Virgen de la Rosa. Pero durante el año celebran dos romerías: una para bajar a la Virgen de la iglesia a su Ermita, en el mes de mayo, y la otra, la llevan a cabo en agosto, para regresar a la Virgen a su Iglesia.
El 30 de abril también celebran los cánticos de mayo a su Patrona.
La gastronomía sigue siendo la tradicional, la de las abuelas, que por generaciones los beteteños han heredado, con las recetas más sencillas para cocinar el cordero o el cerdo, el ajo arriero, así como el morteruelo. Se acompaña con la bebida denominada resoli.
La dulcería incluye el alajú, hecho con miel, almendras y obleas.
El pueblo serrano de Beteta ha resultado un paraje y destino maravilloso, para aquel que busca descanso y también la aventura, que se deleita con la cultura y la naturaleza, en un ambiente que todavía parece no estar invadido por las masas de turistas y visitantes.
Resulta difícil despedirse de esta villa y su gente, cuando apenas hemos empezado a descubrir, todos sus tesoros ocultos.