Nuestro paseo por Málaga nos lleva hasta la Sierra Blanca, para conocer Ojén, un mágico pueblo de montaña, pero ubicado a unos 10 kilómetros de Marbella, en la Costa del Sol andaluza.
Tiene un clima privilegiado, ya que le llega la brisa marina del Mediterráneo, enriquecido por sus bosques de alcornoques, encinas y pinos, por lo cual se convierte en un auténtico paraíso terrenal.
OJÉN-Pueblos de Málaga. Foto por Alfonso Cerezo en Pixabay.
¿Por qué visitar Ojén?
Los amantes del senderismo y del descanso, encuentran esos momentos de relax en este “pueblo blanco”, pero igualmente, si desean algo de sol y arena, tienen playas de Málaga estupendas a corta distancia.
Muchos espacios extraordinarios se esconden entre las montañas de Ojén, con un magnifico patrimonio cultural y leyendas que enriquecen su historia, lo que hacen de este enclave un lugar sumamente interesante, para tener una fabulosa escapada al medio rural.
Monumentos y sitios de interés
Las aguas del arroyo de Almadán riegan estas tierras de Málaga, catalogadas como Reserva de la Biosfera. Sus casas encaladas se apretujan en las laderas, siguiendo el patrón de construcción morisca.
El primer edificio que capta nuestra atención, es la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, ubicada en la Plaza de Andalucía, o simplemente “La Plaza”. Allí se construyó, sobre los cimientos de una antigua mezquita, por el Siglo XVI.
El alminar original se convirtió en la Torre-Campanario, y en el interior del santuario, se guarda la imagen de San Dionisio, Patrono de Ojén.
La fachada se decora con un reloj y una Cruz, aparte de dos palmeras que completan la linda estampa de este templo.
Cerca está la Fuente de Los Chorros con sus 5 caños, a la cual van los vecinos con vasijas, a recoger agua fresca desde el año 1905.
De igual manera, descubrimos mucho más de este acogedor pueblo de Málaga, al entrar de lleno a conocer el Museo del Molino de Aceite, iniciativa que muestra la manera en que se obtenía este producto en épocas pasadas.
Dispone de toda la maquinaria original, resultando una visita obligada, para conocer el procesamiento de esta delicia que llega a nuestras mesas.
En el piso superior está el Museo del Aguardiente, otro artículo autóctono de la región que ha alcanzado fama mundial, gracias a la pintura “Bodegón español” de Pablo Picasso, al igual que las citas realizadas por Camilo José Cela, en su escrito “ La Colmena”, o por la escritora Rosalía de Castro.
En la zona nor-oeste de Ojén, nos acercamos a ver lo poco que queda de lo que fue su Castillo, ahora en absoluta ruina, pero cuenta con una declaración de Protección Genérica, hasta que se puedan hacer más excavaciones arqueológicas en el lugar.
Otros lugares de Ojén que debes conocer
Este interés de adentrarnos en las intimidades del poblado, nos lleva hasta las Cuevas de Ojén, otra de las zonas peculiares e interesantes de la localidad. Las conocidas como Cuevas bajas se usan con fines culturales, mientras que en las Altas, se encuentra un atractivo Mirador.
También disfrutamos muchísimo, cuando nos desplazamos por la Ecoreserva, suerte de iniciativa privada, donde grandes y chicos pueden interactuar, acariciar y alimentar a grupos de animales, entre ellos especies habituales de estas montañas.
Allí veremos cabras, ciervos y muflones, perderse y acercarse entre los bosques de castaños y alcornoques, para reconocer a los curiosos visitantes.
Otro viaje delicioso, es aquel que haremos hasta la Serranía de Ojén, donde veremos el Valle de Juanar, y los bosques de castaños, que en otoño, nos regalan su fruto y cubren las tierras con sus hojas en color ocre.
Mientras subimos hacia la Cima La Concha, las cabras monteses se alejan al saber de nuestra presencia.
Gastronomía y Festividades en Ojén
Este poblado lleno de tradiciones, mantiene algunos platillos en la mesa de los comensales, que vienen de tiempos de la abuela. Así nos apetece el arroz con hinojos, el salmorejo, o la cazuela de patatas y las alubias.
El dulce más tradicional son los churros mojados en agua con sal, receta que tiene más de 100 años en la cocina ojeneta.
La otra forma de conocer a los vecinos de este simpático lugar, es acudir a compartir en sus fiestas, empezando con los Reyes Flamencos, el 6 de enero, cuando todos se reúnen en La Plaza a escuchar música y comer.
Durante la Semana Santa, el pueblo queda en silencio, mientras las Cofradías realizan sus Procesiones por las calles.
Las Ferias de San Dionisio, convocan a todo el mundo a una gran fiesta el 9 de octubre; y para noviembre, se lleva a cabo el Tostón Popular, cuando se dan cita las castañas asadas, acompañadas del aguardiente ojeneto.
Quizás pocas personas conozcan de la existencia de Ojén, como un destino turístico impactante, pero tuvimos el privilegio de explorarlo, y a la vez descubrir, que Málaga tiene muchos rincones insólitos que todavía nos falta por recorrer.