Nos encanta recorrer España, buscando esos pequeños pueblos de los que muy pocos hablan. Hoy nos fuimos hasta Caín de Valdeón, o sencillamente Caín, un espectacular caserío ubicado en los Picos de Europa, de Castilla y León.
La naturaleza llena de nogales y pinos, ayuda a esconder este rincón castellanoleonés, que cuenta con poquísimos habitantes.
CAÍN-Pueblos más bonitos de León. Foto por Mario Sánchez Prada. Flickr.
¿Por qué visitar Caín?
Si queremos desconectarnos de la cotidianeidad, la naturaleza nos regala un paraíso para saborear este lugar tranquilo y precioso de la provincia de León.
Las montañas que le rodean, invitan a practicar la escalada o algún otro deporte en lugares elevados.
Muy cerca, a escasos 150 metros, Caín de Arriba, que formando parte de la aldea, simplemente fue abandonado, y aunque está despoblado, todavía conserva algunas de sus típicas casas.
Monumentos y sitios de interés
Una localidad de calles y casas de piedra hermosamente cuidadas, es lo que veremos en Caín. Portales llenos de macetas con flores para alegrar los ojos. Las pequeñas aves hacen vida en los adoquines con su correteo, y rincones encantadores atrapan nuestra atención.
Lo ideal es caminarlo sin prisa, para empaparnos de la pureza del aire que aquí se respira, y que todos nuestros sentidos se llenen de paz.
El sonido del agua nos puede acompañar durante el paseo, ya que varios riachuelos que caen de las montañas lo cruzan.
A poco de llegar, nos encontramos con la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, en cuya entrada un gato dormita bajo el sol. Este templo es pequeño, y afuera las piedras le dieron forma, incluso a la Cruz que vemos. Adentro es muy sencilla, sin decoración.
Es la única edificación significativa por ver aquí, del resto, algunas viviendas se han convertido en hospedaje o en pequeños bares para tomar un refrigerio o un café.
Los excursionistas deliran al llegar a parajes como Caín, ya que las cumbres elevadas llaman.
Si tomamos la Ruta de Cares, saliendo de la villa, se encuentra el único molino, todavía en buen estado.
Esta es una de las sendas más conocidas de el Parque Nacional de los picos de Europa.
El Río Cares atraviesa la montaña y al llegar a Caín, se convierte en la “garganta de Cares”, esculpiendo el terreno a su paso.
Todo el trayecto de este espectacular pueblo de León, bien vale muchas fotografías, por lo impresionante de los paisajes; además, nos podemos encontrar con una que otra cabra silvestre.
Aparte de todas las precauciones a tomar cuando practicas turismo rural, debes respetar las normas, y en este caso se “prohíbe” el uso de bicicletas.
Otros lugares de Caín que debes conocer
En los pueblos de montaña, como en el caso de Caín, existen zonas con lugares muy curiosos.
En la carretera que nos lleva a Posada de Valdeón, se halla el Mirador del Tombo, desde el cual las vistas son simplemente deslumbrantes. Allí se colocó una columna, y en el tope se sitúa la escultura de una Gamuza, animal que se encuentra en estas tierras.
Un poco más alejados se hallan los miradores de Valdeón y el de Piedrahita.
A medio camino, entre Caín y Cordiñanes, debemos acudir a la Ermita de Corona, que alberga la imagen de la Virgen, Patrona de todo el Valle de Valdeón. Las leyendas cuentan que aquí fue coronado el Rey Pelayo.
Fue erigida en un lugar totalmente idílico, entre prados y grandes escarpados.
En la carretera que nos lleva a conocer este templo, encontramos el Chorco de los Lobos, donde de forma ingeniosa los hombres fabricaban una trampa, exactamente, para capturar a los animales que abundaban en estos terrenos.
De allí, que el chorco del monte Corona, es el que se encuentra mejor conservado, y está muy bien documentado.
Festividades y Gastronomía en Caín
Aunque Caín sea un caserío muy pequeño, celebra algunas reuniones con pueblos vecinos donde todos participan.
En septiembre se realizan las jornadas en honor a la Virgen de la Corona, con verbenas, concursos y comida. Para el mes de mayo, se lleva a cabo la Fiesta de la Trucha.
La cocina se llena de los aromas y sabores de la gastronomía de montaña. Las carnes de caza, los garbanzos y los productos frescos de la huerta, llenan nuestro apetito. Pero la androja, especie de embutido y el queso azul, definitivamente captan nuestra atención.
Acompañamos la velada con un buen vino de la zona.
Cuando queremos dejar a un lado los problemas o dificultades de la vida normal, que todos llevamos en las grandes ciudades, una alternativa es visitar estos pueblos escondidos como Caín, en tierras leonesas.
La posibilidad de reconectarnos con la Madre Natura está más que garantizada. El silencio será nuestro compañero cuando nos disponemos a caminar por los bosques llenos de senderos.
Eventualmente, escuchamos alguna ave que pía desde el cielo durante su vuelo; nos hace levantar los ojos, y darnos cuenta que nuestra cara de felicidad se llena con pocas cosas.