La Provincia de Lugo, en Galicia, nos impulsa a visitar y conocer un poblado con una historia muy singular. Nos referimos a Portomarín, la villa medieval que tuvieron que mudar de lugar, piedra por piedra, cuando se construyó el embalse de Belesar.
Así reconstruyeron los grandes monumentos religiosos, y a la vez, se rescataron los restos de muchas obras civiles.
PORTOMARÍN-Pueblos más bonitos de Lugo. Foto por titosoft en Pixabay.
Se ubica a orillas del Río Miño, y es paso obligado para aquellos que hacen el camino de Santiago Francés.
¿Por qué visitar Portomarín?
Esta espectacular ciudadela, forma parte de la ribeira sacra gallega, y por ello tiene muchos parques que ofrecen vistas hacia la represa y el entorno, así como la posibilidad de disfrutar un baño a orillas del Miño.
Sus edificios más simbólicos se salvaron de las aguas, y ahora sobreviven en este “…pueblo milenario que apenas tiene 50 años de historia…”.
La cantidad de peregrinos que cruzan estas calles, llenan de vida los alberges y espacios públicos, mientras intercambian sus experiencias haciendo el camino.
Monumentos y sitios de interés
Para ingresar a Portomarín, debemos hacerlo cruzando el nuevo puente, que fue construido para salvar los márgenes, siendo paso obligado para los devotos de Santiago.
A su lado se hallan, hundidos en las agua, los restos del puente medieval.
Nada más cruzarlos vemos la escalinata, cuyo arco formaba parte del antiguo puente, y que lleva a la Capilla de las Nieves. La leyenda cuenta que se deben subir de un tirón, porque si descansas en el medio de ellas, vas a tener una curiosa situación personal.
La Capilla era parte de la Orden de San Juan y está montada sobre el arco histórico.
Continuamos callejeando, observando la cantidad de albergues para los caminantes, y así llegamos hasta la Iglesia de San Nicolás o Iglesia fortaleza de San Xoán, que se erige en su nuevo espacio desde 1963.
Cada pieza de piedra fue retirada, enumerada y vuelta a colocar en su preciso lugar, para disfrutar de esta hermosa estructura, levantada por la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, durante el Siglo XII.
Su aspecto exterior, tipo fortaleza, muestra las fachadas ricamente decoradas, resaltando el enorme rosetón. El interior es monumental, muy iluminado, y allí se encuentran muchos tesoros, como el Cristo de las Victorias, del Siglo XIV, y algunas pinturas góticas descubiertas en las paredes.
Está declarada como Bien de Interés Cultural. A un costado, en el jardín del templo, se encuentra la estatua de Domingo de la Fuente Cela, sacerdote que fue testigo del traslado de la Iglesia.
Igualmente, en la Plaza del Conde Fenosa encontramos el edificio del Excelentísimo Ayuntamiento; a pocos pasos se halla la Casa del Conde de la Maza, otra residencia rescatada que data del Siglo XVI.
Los alrededores de esta plaza muestran las nuevas edificaciones, pero con el antiguo estilo porticado, con soportales y calles de piedra.
Otros lugares de Portomarín que debes conocer
Seguimos nuestro recorrido por este emblemático pueblo de Lugo y nos paramos frente a la Iglesia de San Pedro, la más antigua del viejo Portomarín. Este lugar de oración fue consagrado en el Siglo XII, y lleva la distinción de Monumento Historico-Artístico.
Cuando fue trasladada a su nuevo espacio, se diseñaron jardines en su contorno que le dan un excelente aspecto. En el interior, se encuentra la sepultura de Don José Pimentel y Miranda, Marqués de Bóveda, y se veneraal Santo, que es Patrono de la Parroquia.
En las afueras de la localidad, a unos 10 kilómetros, se aprecian los restos arqueológicos del castro de Castromaior, que a decir de los expertos, se encuentran en muy buena condición de conservación.
Un gran momento viven los habitantes y visitantes de esta fantástica villa, y es cuando baja el nivel del embalse. Todos los espectadores miran con gran tristeza, los escombros de aquello que fue su pueblo, el del …”aguardiente y las anguilas…”
Festividades y Gastronomía en Portomarín
A pesar de que los vecinos de Portomarín debieron reponerse de la tragedia, de ver su caserío inundado por el río Miño, para poder construir la represa, la alegría no mermó su deseo de celebrar.
Por ello, instauraron la Fiesta del Aguardiente, que se realiza todos los Domingos de Pascua, para exhaltar los sabores de sus antiguas cepas.
De igual manera, y para la memoria colectiva, celebran los Domingos folclóricos, donde se muestra la cultura con bailes y música típicos. Las Fiestas Patronales, o del Cristo, se llevan a cabo en septiembre.
La tradición se mantiene en su platillo más famoso: la empanada de anguila, asimismo en la tarta de Portomarín, que todos los que la prueban dice que es una auténtica delicia. Y por supuesto el aguardiente de orujo, está presente en todas las mesas.
Recorrer las “nuevas calles” de Portomarín con sus antigüedades rescatadas por todos los portomarinenses, resulta en una mezcla de sensaciones. El viejo pueblo debió ser muy bonito, sin embargo, éste recobró la fortaleza para continuar.
Su dedicación para atender a los peregrinos que hacen el camino, demuestra la importancia que desde el principio de los tiempos, tuvo esta preciosa e inolvidable localidad.