Las entrañables carreteras de la Provincia española de Sevilla nos llevan hasta Lebrija, un poblado de la Comarca del Bajo Guadalquivir que se funda al principio de los tiempos.
De esas épocas lejanas nos queda un fantástico patrimonio religioso, importantes restos arqueológicos y edificaciones civiles, que guardan entre sus paredes muchas historias fascinantes.
LEBRIJA - Pueblos más bonitos de Sevilla. Foto por Emijrp. Wikimedia Commons
¿Por qué visitar Lebrija?
Este estupendo destino turístico fue el lugar donde nació Elio Antonio de Nebrija, humanista que escribe la Primera Gramática de la lengua Española publicada en 1492.
Su ubicación en un entorno único hace que la visita sea completa para todos los sentidos.
Se eleva sobre una loma que domina las marismas del río Guadalquivir, y está muy cerca de Doñana. Es una villa absolutamente blanca, que contrasta con el azul del cielo y el verde de sus campos.
Además de su excelente gastronomía es cuna del cante flamenco, y se sitúa en la llamada ruta del compás.
Monumentos y sitios de interés
Comenzamos a recorrer las calles de Lebrija, declarada Conjunto Histórico, y llegamos a la Iglesia de Santa María de la Oliva que se mantiene desde el Siglo XIII y reformada en centurias posteriores. En su entrada principal o Puerta del Sol se observa una lápida funeraria visigoda.
Su Claustro, igualmente llamado Patio de los Naranjos, es extraordinario, y en el Retablo Mayor destaca la imagen de la Virgen realizada por Alonso Cano. La enorme Torre que se levanta es conocida como La Giraldilla.
Al frente nos encontramos el edificio de la Cilla Municipal y el Antiguo Cabildo, predecesor del actual Ayuntamiento. De aquel edificio histórico sólo disfrutamos de la portada principal, elaborada en piedra con el escudo de sus ocupantes originales.
En su interior rehabilitado y transformado, funciona la Casa de la Juventud.
Si vamos por la Calle Trinidad debemos buscar la Calle Monjas, la más fotogénica de la localidad, donde sus arcos que sostienen los muros del Convento de las Madres Concepcionistas de clausura, y macetas llenas de flores le dan un encanto muy especial.
En el suelo iremos viendo algunas losetas que recuerdan a los personajes más famosos de la villa, con una breve reseña de ellos.
Luego llegaremos al Ayuntamiento, que llama la atención por sus colores blanco y rojo, y está asentado en la Plaza de España. En este lugar también se encuentran los comercios más antiguos de Lebrija, el encantador pueblo de Sevilla.
Tomamos la Calle Cala de Vargas para llegar a la Capilla de la Vera Cruz, sencillo templo construido en 1557 del cual llama la atención la espadaña, y la imagen del Cristo, con sus brazos abiertos y el realismo en sus músculos tensos.
Otros lugares de Lebrija que debes conocer
Cuesta mucho imaginar este precioso pueblo sin su Fortaleza encaramada en un cerro, pero si tomamos la Cuesta del Castillo, que queda muy cerca de la Plaza Juan El Norieto, llegaremos a las ruinas de lo que fue el Castillo de Lebrija.
Este data del Siglo XI, era de origen árabe y podremos ver unos pocos lienzos de lo que era su muralla. El lugar destinado al Patio de Armas, cuenta ahora con la Ermita de Santa María del Castillo, que es típica del estilo mudéjar del Siglo XIV.
Es un templo muy sencillo, que guarda en su interior la imagen de la Virgen, Patrona de la villa.
Desde esta altura tendremos unas vistas panorámicas del poblado y sus alrededores.
Otro atractivo que se ofrece al visitante son los espacios naturales, tales como el Parque San Benito, que se encuentra en la salida hacia Las Cabezas, ideal para salir a caminar con los peques.
A 5 kilómetros del poblado está la Balsa Melendo, gran reserva de agua donde haremos piragüismo, y veremos cualquier cantidad de aves, mientras que en las marismas del Guadalquivir, paseamos en bote para ver flamencos, garzas y cigüeñas.
Fiestas y Gastronomía en Lebrija
Los lebrijanosdisfrutan sus festividades más arraigadas como las Cruces de Mayo, cuando se mantiene la tradición de vestir las cruces con flores y adornos, aparte de consumir habas frías y caracoles. Está declarada de Interés Turístico Nacional.
La Semana Santa mantiene la fé en sus diversas cofradías, muchas con orígenes muy remotos que salen a recorrer las calles en el más profundo silencio.
Durante el mes de junio, la noche de San Juan se llena de fuego, cuando los vecinos elaboran muñecos de trapo llamados juás, referidos a personajes reales que luego son quemados en la noche del día 24.
La gastronomía nebricense sabe a flamenco y salero. Son típicos los pucheros con habichuelas, chorizo y manitas de cerdo. De igual manera destaca el guiso de ajo, las cabrillas y los caracoles.
Asimismo, la mejor dulcería la preparan las monjas concepcionistas con sus coronillas, o el mazapán en forma de cordero.
El mejor vino de la zona, acompaña en las mesas, así como el aceite de oliva.
El hermoso pasado de Lebrija nos acompaña en este viaje a lo más profundo del sentir flamenco y a las sensaciones más intensas, mientras recorremos sus calles, escuchamos sus historias, y nos llenamos de sabores y olores cuando brindamos con nuestra copa, por este pedazo de tierra llena de gracia.