Escondido en el hermoso Parque Natural de la Sierra de Espadán, en la provincia española de Castellón, se encuentra Aín, lugar mágico y encantador para disfrutar de la vida rural en plena montaña.
Sus estrechas, pocas y ondulantes calles, con casas muy blancas y jambas azules o verdes, decoradas con flores multicolor, hacen de este viaje, la mejor oportunidad de desconectar de la vida cotidiana y alcanzar una delicia para todos los sentidos.
AÍN-Pueblos más bonitos de Castellón. Foto por Espanaviajar.
¿Por qué visitar Aín?
Recorrer las viejas y gastadas piedras, en las callejuelas de este diminuto poblado, en un eterno subir y bajar, nos lleva a descubrir rincones preciosos, y a disfrutar de los bosques de alcornoques, pequeñas huertas y campos llenos de pinos.
La auténtica vida sin apuros forma parte de este pueblo, donde sus escasos habitantes, conviven en un mundo lleno de aire puro, combinado con los sonidos de la naturaleza.
Monumentos y sitios de interés
Para conocer este lugar, te invito a recorrerlo a pie, dejando el coche en el parking; desde ahora lo bautizamos como uno de los pueblos más bonitos de Castellón,.
Nos adentramos en su casco histórico y ya detallamos la influencia árabe en el trazado de sus calles, angostas y empinadas; aquí el sol juega de manera caprichosa, con las sombras proyectadas en las blancas casas.
Callejeando, llegamos hasta la Iglesia de San Miguel, pequeño y coqueto templo del Siglo XIX. Se comenta, que previamente había sido una mezquita durante la ocupación árabe.
Su esbelta Torre-Campanario destaca desde cualquier punto, y en su interior se resguarda un lienzo de San Ambrosio, Patrón de Aín.
Caminamos un poco hasta la Calle de l´Aigua, para llegar al Lavadero Municipal, aún en uso. Desde aquí y sobre un mirador, tenemos unas sensacionales vistas de las huertas y del río.
De igual manera, hallamos el Molino del Farinet, que aún conserva la “tolva”. Muy cerca está el Moli del Duc, otro antiguo molino ahora convertido en restaurante, cuyas paredes se decoran con herramientas y aperos, que nos remontan a viejas ocupaciones y tradiciones.
Otro lugar que cautiva al visitante es el Moli del Arc, fascinante construcción del Siglo XVII, que todavía mantiene casi intacta la casa, así como las ruedas del molino accionado por agua.
Continuamos, cruzando un camino empinado, hasta llegar a las ruinas del Castillo de Benali. Lo primero que vemos son las ruinas de la Torre de Vigilancia, donde las aspilleras nos dan la bienvenida.
Una vez arriba, alcanzamos a llegar al Patio de Armas y vemos la Torre del Homenaje; todo el conjunto nos dibuja cómo fue esta estructura, cuando estaba completa y en funcionamiento.
Otros lugares de Aín que debes conocer
Seguimos descubriendo otros lugares, ya en las afueras de Aín, este fascinante pueblo de Castellón que bien merece la pena conocer, tomando en esta ocasión camino hacia el Barranco de la Caridad, donde nos acercamos hasta la Ermita del Calvario, que desde el Siglo XVII está rodeada de un campo lleno de cipreses.
En su interior se resguarda la imagen del Cristo, a quien se dedican las principales festividades de la localidad.
No hay duda que el agua acompaña toda nuestra andanza por esta localidad, ya que su nombre, en lengua árabe, significa “agua”, y éstas se encuentran dispersas por todas las calles y alrededores del poblado, en las distintas fuentes que encontramos en nuestro trayecto.
También resulta reconfortante, disfrutar de las diversas rutas de senderismo que nos ofrece la villa, al pasear rodeados de bosques de albuquerque y pinos.
De igual forma, sorprende visitar la Cueva de la Covatilla, y ver en su interior las variadas caídas de agua que la caracterizan. Este lugar particularmente se encuentra cerrado al público entre los meses de marzo y septiembre, para permitir a los murciélagos reproducirse en paz.
Gastronomía y Festividades en Aín
La deliciosa cocina ainense, se llena de olores y sabores cuando preparan sus platos más significativos, tales como la olla de poble, o las carnes en brasa, así como los embutidos. Las paellas y el arrós caldós también son una delicia.
Debemos asegurarnos de llevar a casa algún frasco con miel del poblado, o cerezas, sin dejar de probar el aceite de la localidad.
Las festividades en Aín están llenas de alegría, cuando en enero se bendicen los animales el día de San Antonio. Igualmente, las calles se llenan de muchos visitantes por el mes de agosto, para disfrutar de el mercado a la antigua, con la venta de productos artesanales, y durante las fiestas del Cristo del Calvario.
En diciembre, las Fiestas de San Ambrosio son muy esperadas, ya que se encienden las hogueras en la noche, para preparar al día siguiente las chuletas a las brasas, para compartir.
Nos despedimos de Aín, un precioso pueblo lleno de vida y de historia. Esta encantadora villa de montaña, donde el alcornoque y el agua forman parte de su esencia, nos ha dejado como enseñanza, que las cosas más sencillas de la vida, se disfrutan en este entorno natural tan excepcional.